Si por casualidad alguien lee esto y no ha terminado el libro,
NO SIGAS LEYENDO, ES UN POST SPOILER.
El viernes 10 de agosto de 2007 terminé de leerme el último y definitivo libro de la saga Harry Potter, y tengo que decir que no me ha decepcionado. Hombre, yo pensaba que Harry tenía que morir, pero no me ha disgustado que al final no muera, que se case con Ginny y tenga a Albus Severus, a James y a Lilly Potter Weasley.
Pero lo que más me ha impactado de este último libro son un par de cosas: la primera, la historia de Severus Snape. ¡Ya sabía yo que Snape no era malo! ¡Ya sabía yo que estaba a las órdenes de Dumbledore! La razón de todo ello es una trágica historia de amor por Lily Potter que me encogió el corazón. Preciosa, real como la vida misma, triste, apasionada, mágica...Bien por Severus Snape! Ha terminado siendo uno de mis personajes favoritos de la saga.
La segunda cosa genial del libro es como Rowling ha sabido desengranar detalles que había ido soltando en los libros anteriores, y que en este último han encajado a la perfección para conformar una trama redonda: la capa de invisibilidad, la sonrisa de Dumbledore cuando Harry y Yasabesquién mezclan su sangre, la juventud de los padres de Harry...
Estoy un poco triste porque todo haya terminado. Pero ansiosa porque mi peque crezca y pueda leerle los libros antes de irnos a dormir, compartir con él este mundo increíble que tantos buenos ratos me ha hecho pasar.
Si pudiese escoger un personaje para ser, yo sería Hermione: sabia y con aplomo. ¿Qué mas se puede pedir?
Para despedirme, una imagen que me parece entrañable...
Adiós Harry Potter!