dimecres, d’abril 30, 2008

Angel

Aunque este título es delicado y etéreo, nada más lejos de mi intención, puesto que el dueño de tan ensoñador nombre es ni más ni menos que un chicarrón del norte, cántabro para ser exactos, alto, fuertote, con carácter y nada pero nada "volao".

Angel es mi amigo, aunque no siempre lo fue. Cuando nos conocimos teníamos 17 años, estábamos en un pueblito de New Jersey tratando de aprender inglés y de sobrevivir en aquella marea de hormonas efervescentes. Éramos un grupo de españoles nutrido, con bellezones (Rocío y Quique, los rubiales), majetes y majetas (los simpáticos, donde estrábamos mi amiga Egotista y yo, por ejemplo), y del montón (los que hablaban menos). Angel estaba en "el montón", pero no porque no fuese guapo (que lo era)sino porque era muy callado y muy "cortudo". Vamos, que era un poco antipático el chico. A mi me caía de pena hasta que una noche el monitor del grupo, sentado entre un variopinto grupo de muchachitas en bañador, dijo: "Y qué? Quién os gusta?" Y todo fue un torrente de "Quiques", el rubiales, y algún otro que ya no recuerdo. A lo que el monitor repuso: "Uy, a nadie le gusta Angel?, ¿con lo guapo que es?" Y todas nos quedamos como "Osea, noooo!... Angeeel????" Y yo añadí: "pero si es muy antipático!" Y el monitor (obviamente gay) repuso: "Lo que pasa es que es tímido".
Al día siguiente algunas de aquellas muchachitas se fijaron más en Angel que, aunque seguía siendo callado y "cortudo", de repente le aparecieron unos preciosos ojos azules uno a cada lazo de la (prominente) nariz.
A mi, qué quieres que te diga, me siguió pareciendo más bien un latazo, aunque decidí darle una oportunidad.

Y así fue como, ya de vuelta cada uno a su terruño orinigal, comenzamos a escribirnos cartas. Bueno, lo típico que haces cuando vuelves a casa después de un verano perfecto, que te escribes con todo Dios y luego acabas que no te acuerdas ni de cómo se llaman. Pero con Angel no fue así.
Desde aquel verano, mejor dicho aquel otoño, somos amigos. Nos hemos visto tres veces en toda nuestra vida, pero somos amigos. Vamos, yo le quiero y el me quiere, así de simple, desde el inicio de nuestra extraña historia.

Hace dos años vino a verme a Barcelona, a conocer a Gato y a estar un rato juntos en persona, que falta nos hacía, y fue como si no lo hubiésemos hecho toda la vida... sentados en un café del Born, charlando de cómo es el mundo, las mujeres, los hombres, la amistad, aquel verano back in time, los conocidos comunes, nuestras historias...compartiendo sofá, casa, cariñitos y mucha amistad.

En aquellos momentos él estaba en un momento especial y delicado de su vida, y tenía que dar el tipo. Creo que lo dio y que ahora es feliz y come perdices. Pero meses después de vernos desapareció. Así que no puedo estar segura.
Con desaparecer no quiero decir en persona, ya que siempre ha sido especialista en perderse por los rincones más insospechados del planeta. Desapareció de nuestra línea de comunicación, esa que había estado abierta desde los 17. Email returned, Móvil no existente, Missing, Lost, Kaput.

Ando preocupada, porque nunca había estado tanto tiempo sin aparecer en mi vida. Y ando preocupada por el momento delicado (aunque maravilloso) en que le dejé.
Hace pocos días fue 20 de abril. Todos los 20 de abril pienso en él las 24 horas, y solemos comunicarnos de una u otra manera. Pero esta vez no.
Le echo de menos, y espero que su vida sea la más maravillosa, sin miedos, sin dudas, y llena de toda la felicidad que merece.

Angel, no sé donde estás pero espero que aún nos quede una vía de comunicación sin cables, sin teléfonos ni emails. Espero que oigas mi voz en esa línea y vuelvas de dónde estás para decirme "Hola Sandra, estoy bien, no te preocupes! Hasta el próximo 20 de abril".

dimarts, d’abril 08, 2008

Juguetes ASUN

Hace un par de fines de semana, en la ciudad natal de Gato sucedió una cosa tremenda: la panadería de toda la vida dejó de hacer Tortugas de pan dulce porque la había comprado la cadena de panaderías moderna de la ciudad. Gato estaba desolado, tenía ese brillo triste en los ojos de aquel que ha perdido para siempre algo muy valioso de su infancia... en este caso, las Tortugas de pan dulce. Recuerdo que, asustado, preguntó a la panadera (dieciocho años más joven que nosotros, por lo menos... qué iba a saber ella!): "¿Pero no dejaréis de hacer la coca de Recapta, verdaaaad?" La respuesta fue: "ah no, esa no, pero por encargo" Dónde íbamos a parar! Por encargo! Es que la gente ya no come coca de Recapta? Es que ya nadie pide Tortugas de pan dulce? Pues yo quiero una, y la quiero ahora! Gato siguió con su disertación desesperada durante todo el camino de vuelta. Yo le miraba comprensiva, con cierta nostalgia compartida (las tortugas estaban buenísimas y mi querido Gato llevaba comiéndolas desde los 3 añitos). No pude evitar pensar en mis tesoros infantiles ya desaparecidos, los que no podré ya comprartir ni con Gato ni con mi hijo. Entre ellos alguna farmacia de las antiguas donde me llevaban mis abuelos... la frutería donde aquella señora andaluza y salada me indició sabiamente que una comunidad de piojos habitaban mi cabeza...la tienda de ropa donde mi madre se empeñaba en vestirme de azul y rojo mientras que yo solo quería rosa y puntillas...

Pero ayer sucedió algo fatal. Más fatal si cabe que la desaparición de la señora Tortuga de Azúcar: ayer pasé por el barrio de mis abuelos (ya fallecidos) y ya no estaba JUGUETES ASUN. ¿Pero cómo es posible? Me he pasado los últimos dos años imaginando todos los detalles de mi plan perfecto: cuando Joan sea más mayor, iremos a Juguetes ASUN, como yo hacía con los abuelos y mis padres, y elegiremos cuidadosamente y con mucha ilusión todos los regalos de la lista de los Reyes Magos. He imaginado ese momento de mil maneras, y siempre la sonriente cara de Asun ponía la guinda final a tanta felicidad. Y ahora ya no podrá ser.

Hace unos meses, caminando por el barrio, me paré en el escaparate de Juguetes ASUN y estuve tentada de entrar, preguntar por Asun, explicarle cón cuantísimo cariño la recordaba y decirle que los reyes magos tendrían que pasar por allí para recoger los regalos de mi Minino ese año...pero no lo hice, me quedé como una niña pequeña con la nariz pegada al escaparate, mirando embelesada un gigantesco castillo rosa.
Y ayer, pasando con el taxi por delante de la esquina de Juguetes ASUN, preparada como siempre para mirar el pequeño escaparate con todo mi cariño e ilusión... me encontré con una tienda de dietética. No es posible! Me he equivocado de esquina, esta no es! Oh Dios mío, sí que es, ahí está el Paseo, y el bar... luego en esta esquina es donde debería estar Juguetes ASUN. La fatal realidad me rodeó sin escapatoria. Y rompí a llorar. Y el taxista me miró rao. Y yo aún lloré más.
Mi hijo ya no conocerá Juguetes ASUN, y una parte de mi muy grande y querida murió ayer dentro de esa tienda pintada de verde. Era lo último que me recordaba a mis abuelos en el barrio, mi último vestigio de infancia en aquellas calles queridas. Ahora ya no hay nada.

Crezco, y el mundo cambia a mi alrededor. Y yo contribuyo a ello.. no soy una ingenua, compro en La Maquinista en vez de en Juguetes ASUN... pero en este caso era porque estaba esperando la ocasión especial. En el resto de casos es por comodidad.
Ojalá no hagamos todos lo mismo, para que todos los Juguetes ASUN de Barcelona y del mundo puedan subsistir, y con ellos nuestros abuelos y nuestros momentos más felices.

Una lagrimita por Juguetes ASUN.
Yayos y avis, os quiero estéis donde estéis.

dimarts, d’abril 01, 2008

Maravillas de la Madre

... de la Madre Tierra, se entiende.
Hay una que me dejó absolutamente muda: el Gran Cañón en USA. Aunque suene a tópico, realmente es imposible imaginar que en este planeta finito exista algo tan infinito y tan "lunar".
Para muestra un botón:



Otra preciosidad que me impresionó fue la selva Lacandona de Chiapas, en Mexico. Tan pobre, tan primaria, tan verde esmeralda.



Y aún otra más: las playas desiertas de la Riviera Maya en Quintana Roo, México.
Allí pasé momentos espeluznantes y preciosos con Gato y mi hermanito mexicano. "Veo luces! Luces en la oscuridad! Se acercan? qué son?? Corre corre!" jajaja.



Y por último, Bryce canyon. NO me quedé sin palabras como en Colorado, pero solamente me salían dos: "Qué pasada... qué pasada..."



Espero volver a todos esos sitios. Prontito a poder ser.

Està bé sentir-se una mica trencat

Està bé sentir-se una mica trencat, perquè tots ens hi sentim de vegades. Tots tenim mal de vegades, tots plorem, i quan tot està malament é...