Ayer pensé en ello.
Volvía de trabajar, sin comer, cansadísima, despeinada, creyéndome la tipa más feúcha e hinchada de la ciudad, con la clásica barra de pan bajo el brazo que aún me hacía más maruji de lo que ya me sentía, trotando a toda velocidad porque mi peke estaba con fiebre esperándome y la canguro se iba ya... cuando vislumbré a lo lejos un coche de los Mossos (que ya el nombre en sí, no me dirás que no es sexy).
Estaba en medio de la calle, parado, queriendo retroceder en una esquina sin visibilidad. LLegué a su altura y vi asombrada que el conductor en cuestión me hacía un repaso (uno de esos que te dejan pajarita) de arriba abajo, mientras yo como buena samaritana me dedicaba a mirar si el coche podía finalmente pasar o no. Mientras le decía: "ja pots passar, que no vé ningú", roja como un tomate, me fijé en que era un tiparrón, alto, morenazo, con ojos oscuros... vamos, un primor. Y ya el colmo de los colmos fue cuando espetó: "Gràcies guapa" en un perfecto catalán y guiñándome un ojo.
Seguí mi camino como quien no le da importancia a la cosa, sin ni siquiera girarme a mirar a mi uniformado galán una vez más. Pero por dentro iba bailando y cantando.
Ostras! Un policía! me ha mirao de arriba abajo! Me ha guiñao un ojo! Me ha dicho guapa! Y llevaba uniforme y era un mocetón!
No veas cómo pensé en lo de los uniformes. Porque estoy segura de que si no hubiese ido en un coche de policía y llevado ese uniforme de los "mossos" (qué bonito palabro... aisss), ante la misma situación una seviroda hubiese pensado: "Menudo gilipollas".

2 comentaris:
Gateta uniformada...
que no em dius res...
:-)
arrrffffffffff
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