Meditación

Este fin de semana ha sido muy intenso. Ha marcado un antes y un después, aunque todavía no pondría la manon en el fuego por ello (es decir, por mi).
Que por qué? pues porque suelo fallarme a mi misma a menudo, la útima vez con las uñas. Me muerdo las uñas desde que tengo uso de razón, y hace tres semanas, de repente, decidí dejarlo. Lo malo es que no soporto las uñas largas (ni medio largas, ni poco-largas), y me las iba recortando y limando a la mínima que se astillaban. Hasta que un buen día estando en el trabajo se me rompió una y me dije: diantres, no tengo lima ni tijeras! Pues uso los dientes.
Y se acabó, ya me entiendes...

Esto es lo mismo que me temo pueda suceder con el tema de la meditación.
Soy un torbellino, mi mente no para, mi cuerpo menos (en sentido figurado, porque de gimnasio na de na...)... necesito relajarme. Sé que meditar un poco cada día me ayuda a centrarme, a organizar mi vida, a mantenerme en mi eje.
Pero es que jo! cuesta tanto! Lo que me apetece cuando el peke duerme es tirarme en el sofá con Gato a ver PERDIDOS! No ponerme a controlar mi respiración en una habitación oscura hasta hiperoxigenarme...
Lo peor de todo ello es que mi respiración es como una vaca con mala leche: resopla y da coces, pero no se deja controlar.
Este fin de semana me dieron algunos trucos (gracias Ione, mis bendiciones) y ayer lo puse en práctica... 15 minutos, no te creas. Yo es que mucho más, si no es en grupo, no aguanto.
Pero me fue bien, realmente bien. Extrañamente bien. Tanto que creo que hoy voy a repetir, y si puedo 20 minutos en vez de 15. Así a lo mejor algún día llego a estar una hora, con toda la tranquilidad y relax que eso comporta. Dicen que los sabios pueden estar hasta 40 días ayunando en meditación (como Moisés en el Sinaí)... y yo me siento orgullosa con mis miserables quince miserables minutos... ja.´
Pero es un comienzo! es algo! de nada a algo hay toda una vida no?

Aunque el fantasma de las uñas comidas sigue planeando sobre mi conciencia, tengo confianza en mi. Pero ay...esto de ser dos todo el día (una que manda y otra que descaradamente descobecede) es muy cansado.
Pero es lo que hay.
A ver si hago progresos. Confío en que sí.
Y con las uñas también!