dilluns, de febrer 04, 2008

Cachis...

La semana pasada me di cuenta de una cosa no superada: el critiqueo al prójimo.

En mi post de Rosh Hashaná pedía mantener mi capacidad para no juzgar ni criticar a los demás, creyéndome ufana poseedora de tal habilidad.
Para nada.
Lo que simplemente estaba haciendo era rodearme de gente "no criticona". Es decir, poniéndome en la tesitura de no tener que criticar a nadie porque no salía a colación.

Pues bien. Se acabó. Ya lo he vuelto a hacer. Muy sutilmente, así como quien no quiere la cosa, a veces simplemente asintiendo vehementemente al escuchar las palabras de otro. Pero eso es criticar al fin y al cabo.
Ayy, pero qué difícil es no caer en la tentación, cuando es el deporte nacional de mi tierra.
Y qué difícil es no juzgar a quien te trata con desdén, superioridad e incluso mala educación.

Aún así, sigo en guerra contra mi ego, ese bicho que sale a la mínima y ataca a todo dios con su lengua viperina y sus malos sentimientos. Algún día seré como quiero ser. De momento, a currárselo. Quiero aprender a hablar, pensar, sentir y actuar justamente.



Està bé sentir-se una mica trencat

Està bé sentir-se una mica trencat, perquè tots ens hi sentim de vegades. Tots tenim mal de vegades, tots plorem, i quan tot està malament é...